Ya son casi cuatro años desde que empecé mi vida como migrante en Estados Unidos, dejé atrás mí carrera, mis amigos y la familia con la que viví los primeros años de mi vida. Al principio mí búsqueda era el aprendizaje de un nuevo idioma, ahora sé que lo que encontré fue a mi misma, mí tranquilidad, mis fortalezas y mis debilidades. Todo esto construyendo autoconocimiento y auto aceptación.
Deje de escribir hace unos meses, me sentía confundida y dolida por la muerte de una persona muy cercana a mi, eso me desbalanceo y aún no creo poder decir que estoy recuperada del todo, más bien creo que poco a poco he ido aceptando su ausencia y agradeciendo a la vida que me encontró con ella para llenarme de alegrías.
Decidí escribir esto porque me gustaría compartir con ustedes las reflexiones que he tenido este día tan importante en Estados Unidos: Thanksgiving Day. Como el nombre lo dice es un día de agradecimientos, lo he vivido aquí por 4 años consecutivos, cada una de ellos muy diferente, pero éste ha sido muy especial.
Mi primera celebración se daba 8 meses después de haber llegado a vivir a Utah con una familia con la que no compartía tradiciones ni el mismo idioma, lograba comunicarme con ellos pero aún no hablaba un buen ingles, sin embargo, ellos me recibieron con los brazos abiertos en sus celebraciones e intentaron incluirme, aún así yo no era feliz, tenía un “novio” con el que había estado saliendo por 5 meses, él decidió pasar el día con sus amigos, yo nunca se lo dije pero me hubiera gustado que me incluyera, me victimizaba creyendo que él era insensible por preferir estar con ellos que conmigo, quien evidentemente no tenia todavía amigos ni familia en el área. Estaba equivocada.
Mi segundo año de celebración fue en la casa de mi mejor amiga en Utah, ella y yo nos entendíamos muy bien, las dos psicólogas migrantes e inadaptadas en Estados Unidos. Nuestra relación era muy buena, pero adivinaran, tampoco era feliz. Detestaba trabajar días festivos, fines de semana y me quejaba nuevamente porque mí nuevo novio no estaba conmigo, teníamos un mes de haber iniciado nuestra relación así que me convencía a mi misma de que era demasiado pronto para que él me tomara en cuenta en la celebración y me lamentaba por no tener a mí familia cerca, me sentía sola. Me hubiera gustado disfrutar a Gaby cada minuto que pase con ella, desperdicie esos momentos.
Un año después ya no estaba en Utah, tenía menos de una semana que me había mudado a Illinois donde viven mis hermanos, pensé que no me volvería a sentir sola, no lo hice ese año. Tal vez no lo llamaría soledad, pero estaba muy triste mi relación no había terminado de la mejor manera, yo estaba muy apegada y enojada por los resultados, algo muy cercano a la depresión y la dependencia. Días después inicie mi proceso de terapia.
Este cuarto año estoy aquí: escribiendo, reflexionando, sola y feliz. ¿Qué cambio? No cambio el novio, no cambio la familia, no cambio el estado, no cambiaron mis amigos, no cambio la casa, LA QUE CAMBIO FUI YO.
Soy capaz de agradecer que mí familia y yo estamos sanos, que, aunque no tuve la cena de Thanskgiving ideal con mucha gente y comida alrededor pude disfrutar cada momento del día, fui feliz trabajando hoy, estuve sana, mi familia esta completa, tuve al mejor papá que se puede pedir, mi mamá esta sana y mis hermanos están felices, cada uno haciendo lo que les gusta y con quien disfrutan estar. Mi felicidad y mi disfrute ya no dependen de con quien o donde esté sino de cómo vivo y re-significo las situaciones de mi vida. Les deseo a todos un gran día y que todos los días puedan dar gracias de los momentos que la vida nos regala. Encuentren su felicidad donde quiera que estén.


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